lunes, 26 de enero de 2009

Espero respuesta algún siglo

Buenos días, o noches; buenas tardes mejor, pues me ha parecido ver un rayo anaranjado colarse por mi ventana:
Antes de comenzar –si es que llego a hacerlo- he de pedirte disculpas por la tardanza de esta carta –si es que ha llegado tarde-. Verás hace unas semanas sufrí un catarro espantoso, de los de quedarse en cama día y noche sudando la fiebre y las horas. Fue tan grave que llegue a sudar durante días, perdiendo con cada escalofrío minutos y hasta horas. El caso fue que al cabo de unos siglos ya me recuperé pero tuve la buena desgracia de contagiar con mi virus al triste calendario. Así que, sin remedio, fue escupiendo días, tosiendo rápidamente una semana o tardando lustros en terminar un día. Por ello, desde entonces, no sé en que día vivo y me voy a trabajar en los domingos, y mi odio puede caer en cualquier día; no solo sobre el lunes. Por ello es que no sé muy bien si esta carta llegará a tiempo, demasiado pronto para que siquiera hayas nacido o, tal vez por el contrario, te llegue con tres vidas de retraso… Si bien no me siento demasiado mal pues, pese a todo la he escrito.
Un segundo y más cruel aspecto, es saber qué es lo que debería decirte. Entiende mi dilema: puedes estar naciendo, o quizás sea un día como otro, puedes estar sentado en frente de tu mesa mirando la pared con rebeldía… No sé escribir nada que pueda servirte para todo…
Sin embargo he podido deshacer todas mis dudas y al final optar por algo simple: he decidido que, sea cuando sea, te vendrá bien el virus que he tenido. Así pues he tosido encima de estas letras para que puedas llevar al calendario una parte del virus… Y así perder los días, incluso las semanas… Y vivir cada día como un jueves. O un martes.
Si pese a todo este contagio extraño no te hace más feliz, he decirte que hace mucho o poco he descubierto que el virus se contagia a los relojes. Solo debes frotarles esta carta… Y así ni si quiera tendrás claro la hora en la que vives -no te quites el reloj si es elegante; pero tampoco podrás hacerle caso-.
Con ello me despido, pues tengo mucha hambre y he de salir afuera para saber si tengo que hacerme el desayuno, la cena, la merienda o quizás sea solo un tentempié de media noche.

Bueno días, buenas tardes, buenas noches.
Alejandro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero...eso no seria todo un descontrol?? no saber ni en la hora qe vives,ni en el dia...ni nada? xD aunqe pensandolo bien...taria bien jeje,me ha gustao si señor,pero tengo qe decir qe dudo qe pase :P

Anónimo dijo...

aveces no saber los años ,meses ,dias,horas,minutos ,segundos y etc etc puede ser una liberacion