viernes, 24 de octubre de 2008

A Marga

Buenas niña:
Me conoces poco pero soy aficionado a mandar cartas complicadas para decir las cosas más simples. En este caso sólo te quería decir que eres la mujer más bella de mi vida. Para comenzar a complicar una expresión tan sencilla cabe matizar, en primer lugar, que cuando digo "de toda mi vida" no me refiero a lo que ya he vivido sino también a los años que me quedan por vivir. Cando te ví supe que eres la belleza; la persona con quien debo comparar a partir de ahora al resto de mujeres, sabiendo que nunca te alcanzarán. Teniendo la certeza de que mi destino no me guarda nadie más bella que tú. Eso no implica que no hayan chicas más preciosas que tú, no te confundas. Solo implica que tengo la certeza de que esas mujeres no rozarán mi vida. También cabe matizar que no digo esto como una maldición o una premonición nefasta que me perseguirá. No. Estoy contento por haberte visto una vez. Estoy feliz por ello. No puedo decir nada en contra de ese destino que me ha tocado. Solo esperar que se cumpla recordando tu imagen. Ampliándola, deformándola a mejor, creando de ti un mito, y así durante toda mi vida seguir defendiendo este texto con calma y certezas de loco.
Como ves al final he podido cumplir lo que me prometí: Complicar lo suficiente una idea sencilla.
Mil besos.
Se feliz.