viernes, 7 de marzo de 2008

A una princesa de cuentos de princesas


Buenos días majestad:

Llevaba tiempor queriendo escribirle y, como suele hacer el tiempo, cambia los planes y las cartas que esperabas escribir nunca jamás vuelven a ser las mismas. Por ello no trataré de escribir aquella carta que tenía en mente. En esa vieja carta que nunca fue quería contarle que había encontratado una princesa y que había logrado conquistar su castillo y su corazón. Obviamente la carta era para pedirle consejo sobre como alguien que no es un caballero puede hacer feliz a una princesa... Sin embargo el tiempo. El tiempo. Esa princesa ya no está conmigo, no sé si estacon un principe de verdad o lo sigue buscando. Sea como fuere para mí la diferencia entre ambas opciones es imperceptible.
Siendo sincero pensé en no escribirle nunca está carta. el motivo de optar por hacerlo finalmente, es que tengo nuevas ideas que necesito comunicarle.
Debo advertirla sobre su principe. En primer lugar asegurese de que es un principe y no son sus ojos los que le otorgan ese rango. Si tiene cualquier duda. Si la necesidad de que se diga o se acaricie un te quiero esdemasidado frecuente: lo siento, majestad. Coja las maloetas y marchese. Fijese que se lo está diciendo alguien que ha sido tomado por un principe y quele interesaría que muchas se confundiesen. Pero pese a todo, pese a los fallos,, yo nunca me permití olvidar que estab con una princesa y como tal la traté. Por ello ahora doy gracias por la compañía y las lecciones que logré con ella y, en lugar de tratar de hacerla pasar por una criada que recibió la ayuda de un hada he considerado más lógico y coherente con el agradecimiento que siento, comunicar a otras princesas la posibilidad de marcharse y dejar a supuestos principes luchando contra dragones antes que considerarse como pricnipes dignos...
Le animo a luchar por su felicidad tanto si la puede logara con su principe como si no.
Saludos.
Su subidto republicano más leal.

Frd. Alejandro