miércoles, 28 de mayo de 2008

Carta a quien dejo de creer en los hombres buenos

Buenas niña:
Te escribo esta carta ahora que es cuando más debería callar. Como un mero gesto de arrogancia o de estupidez. Te escribo ahora que parece que el tiempo te ha dado la razón, en aquella antigua -puede que olvidada- conversación sobre si nadie era bueno. Dijiste que yo era especial, que, tal vez fuese la excepción a la regla. Por desgracia habría que esperar a mi muerte para confirmar en caso de que fuese afirmativo. Como ves soy como todos; más o menos. Por desidia, estupidez e incluso por egoísmo uno comete errores. Es cierto me he equivocado. Pero no quiero que creas tener la razón. No soy la excepción a la regla; es cierto, pero eso no significa que dicha excepción no exista. Pensar eso sería un acto de estupidez en los silogismos lógicos.
Me he dado cuenta de que uno cree en las grandes ideas. Amor, pasión, sacrificio, bondad, altruismo... Y que deja de creer en ellas, no cuando la sociedad le dice y remarca que es un estúpido por creer tales cosas, si no cuando los propios actos acaban por cumplir paso a paso la profecia. En ese instante uno puede optar por considerar que ha traicionado los principios e ideas tan elevados y limpios o, por el contrario, creer lo que dice la gente. En esta segunda opción encontramos la posibilidad de no traicionar el ideal, de no ser unos desertores o demasiado débiles. En esta segunda opción no hay ideal; somos como somos. Somos como "todos". Así pues cuando uno engaña a quien amó deja de creer en el amor no en sí mismo.
En mi caso (que conste que esto no es ninguna muestra de establecer un matiz de diferencia entre yo y todos -esta vez sin comillas-) he optado por seguir creyendo en el ideal. Soy un traidor. He sido demasiado débil para hacer lo correcto o para no hacer lo incorrecto. Pero creo, sin duda que hay alguna excepción que confirme la regla.
Como dijiste todos son unos cabrones, hoy te puedo decir que yo soy un cabrón, que todos son cabrones, pero que hay excepciones a la regla. Valientes a los que admiro. Así como creo en las expceciones a cuantos ideales he traicionado. Busca... No dejes de creer en los ideales porque hay personas que aun creen y luchan por ellos, que caminan buscándote, y que necesitan encontrarte...

Frd. Alejandro

1 comentario:

Al dijo...

No es una crata dirigida a nadie ni por ningún evento o hecho en concreto. es un mero ejrecicio lingúístico y algo en lo que creo.